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- Se le rendirá homenaje en el Congreso de la lengua, en Cartagena
- Hace 40 años, en mayo, se publicó primera edición de Cien años de soledad
- El escritor tendrá motivos para festejar por partida triple en 2007.
El escritor Gabriel García Márquez tiene tres razones para celebrar en 2007. Se cumplen 40 años de la publicación de Cien años de soledad (mayo 30 de 1967), el cuarto de siglo de la entrega del Premio Nobel de Literatura en 1982 y sus 80 años de vida (marzo 6, aunque algunos aseguran que son 79).
A pesar de que huye de los actos multitudinarios, García Márquez no podrá evitar ser objeto de diversos homenajes, como el que le ofrecerá el IV Congreso Internacional de la Lengua Española que tendrá lugar en marzo en Cartagena.
"Esos homenajes serán muy merecidos porque García Márquez, próximo a cumplir 80 años, ha hecho grandes aportes a las letras del mundo y porque Cien años de soledad es una de las obras maravillosas de la Lengua Española", dijo a Efe la crítica literaria y profesora universitaria Leticia Sarmiento.
Como ha contado el propio Gabo en diversas ocasiones, en 1965 sintió en México la inspiración definitiva para escribir Cien años de soledad.
El Nobel de Literatura viajaba en automóvil con su familia desde Ciudad de México a Acapulco, sobre el océano Pacífico, cuando, a la altura de Cuervanaca, tuvo un percance y decidió desistir de la travesía.
Una de las múltiples conjeturas "macondianas" sobre el famoso episodio indica que una res se le atravesó en el camino, le averió el vehículo y le obligó a regresar a casa, pero todas la versiones, incluidas las contadas por él, coinciden en que en ese instante de enero de 1965 vislumbró por fin las claves que andaba buscando para escribir su primera gran novela.
"La tenía tan madura que hubiera podido dictarle allí mismo, en la carretera de Cuernavaca, el primer capítulo, palabra por palabra, a una mecanógrafa", diría García Márquez mucho después, al evocar ese momento mágico de iluminación.
Su colega del llamado "boom latinoamericano" y amigo de entonces, el escritor peruano Mario Vargas Llosa, relató más tarde que Gabo se encerró durante 18 meses en el estudio de su casa de Ciudad de México, "provisto de grandes reservas de papel y cigarrillos", para redactar Cien años de soledad.
El escritor le pidió a su esposa Mercedes Barcha, que no lo molestara "con ningún motivo, sobre todo con menesteres domésticos", según Vargas Llosa.
La presencia del escritor en México en aquel momento de inspiración no fue circunstancial. Había llegado el 2 de julio de 1961.
En la capital le esperaban amigos de toda la vida, como Álvaro Mutis, quien no sólo dio ayuda material a Gabo, sino que le introdujo en la lectura de Pedro Páramo, de Juan Rulfo, en un hecho que el autor de Cien años de soledad consideró crucial para pulir su técnica narrativa.
Al igual que Mutis, el escritor mexicano Carlos Fuentes y Julio Cortázar tuvieron la impresión de que su amigo y colega estaba elaborando una obra inmortal desde las primeras líneas: "Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo".
A finales de 1966, la editorial argentina Sudamericana aceptó los textos mecanografiados y en 1967 publicó la obra.
La novela vendió 15.000 ejemplares en las primeras semanas sólo en la capital argentina; hasta la fecha se han vendido más de 30 millones y ha sido traducida a 35 idiomas.
Las fechas y cifras que marcan el año de Gabo
40
años de la publicación de Cien años de soledad. Mayo de 1967
25
25 años del Premio Nobel de Literatura. Octubre de 1982.
80
años de vida. Marzo 6 de 1967. Otros sostienen que cumple 79.
Una mirada a un libro excepcional
"A nivel latinoamericano, Cien años de soledad surge en un momento importantísimo para la literatura del continente. En los años 60, la revolución cubana había revivido la conciencia de lo latinoamericano y en ese momento los altos índices de analfabetismo empezaban a decrecer. En ese contexto, escritores como García Márquez, Cortázar o Vargas Llosa encontraron una tribuna excepcional, hasta el punto de que no sólo eran figuras de las letras sino personajes de enorme presencia política.
La aparente decadencia de las literaturas norteamericana y europea fue otro factor que influyó en el impacto de los escritores reunidos en torno al llamado Boom de la literatura latinoamericana. Fue una afortunada estrategia de promoción que tuvo la suerte de impulsar libros excepcionales como Cien años de soledad.
*Gustavo Arango, profesor de Español y Literatura Latinoamericana en la Universidad de Princeton. Estudioso de la obra de Gabo, autorde Un
ramo de nomeolvides: García Márquez en El Universal.