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Gates se vistió de costa en su visitaCartagena
Mientras muchos de los presentes en el auditorio esperaban a Bill Gates para que les hablara de la brecha digital o les explicara cómo será el mañana en el mundillo de los computadores, Edgar Gómez Estévez lo esperaba impaciente con las ansias más grandes del mundo.
Sentado a unos 30 metros de donde estaría Gates, Gómez Estévez uno de los más reconocidos modistos y diseñadores de Cartagena, miraba con impaciencia si el gran gurú de la informática y hombre más rico del mundo, llevaría puesta una de sus guayaberas.
Pocos días antes del evento le encomendaron la confección de 15 guayaberas muy sencillas para el staff del multimillonario nacido en la lluviosa ciudad de Seattle. Dicho y hecho. Cuando Gates entró al recinto y llevaba puesta una de sus guayaberas, Edgar no pudo de la felicidad y le apretó fuertemente las manos a su hija Vanesa.
¡El hombre más rico del mundo llevaba puesta una guayabera blanca hecha por él! Gómez Estevez contrató un fotógrafo exclusivo para que cubriera el evento. Fue muy breve, pero desde ayer, esa será su mejor carta de presentación. Pero no hay alegría completa.
A Gates le pusieron en su habitación, en la Casa de Huéspedes Ilustres, cuatro guayaberas para que escogiera la que más le gustara, y, si él lo veía cómodo, usara una para su conferencia en Cartagena, la primera en 13 años en América Latina. A Gómez Estévez se le olvidó un pequeño detalle: recodarle a la gente de Microsoft que le dijera a Gates que la guayabera se pone suelta, es decir, por fuera del pantalón.
Un pequeño detalle que poco le gustó a los más conservadores del fashion caribeño, pero se lo perdonaron por ser quien es.
Y mientras Gates salía por una puerta escoltado por un cordón de seguridad, conformado en parte por hombres que vestían chaqueta y pantalón caqui y camisa azul, todas prendas de marca, por otra de las entradas del Hotel Las Américas ingresaba con pasos entrecortados el Nobel de Literatura, Gabriel García Márquez, sin guayabera. No sobró quien en el almuerzo preguntara si al escritor le merecía alguna opinión que al amo de la tecnología le faltara tela por encima del pantalón. Por desconocimiento o por falta de asesoría. FQ