<img height="1" width="1" style="display:none" src="https://www.facebook.com/tr?id=378526515676058&amp;ev=PageView&amp;noscript=1">
HISTÓRICO
Los traficantes de pesadillas
  • Manuel Saldarriaga, San Basilio de PalenqueLa estatua de Benkos Biojó es el símbolo contra la esclavitud en San Basilio de Palenque. Pero hoy persisten otras formas de humillación en el país pese a que la Constitución de 1991, en su artículo 17, ratificó su prohibición.
    Manuel Saldarriaga, San Basilio de Palenque
    La estatua de Benkos Biojó es el símbolo contra la esclavitud en San Basilio de Palenque. Pero hoy persisten otras formas de humillación en el país pese a que la Constitución de 1991, en su artículo 17, ratificó su prohibición.

  • Colombia ocupa tercer lugar en trata de personas en el continente. A Ecuador y Venezuela es enviada mayoría de víctimas.
  • Trabajo forzoso, servidumbre por deudas, trata de personas, prostitución forzada: los nuevos sometimientos.
Por
Elizabeth Yarce

Como hace 400 años, muchos colombianos son vendidos en el mercado negro por redes de traficantes que cobran dinero por ellos a cambio de que otros los humillen, exploten y golpeen hasta de por vida. Muchos han logrado escapar y denunciar su caso, pero otros siguen sometidos.

"Me llamo Yesenia. Tenía 18 años cuando escuché que si venía a Bogotá podría trabajar, estudiar y ayudar a mis padres. Una tía me recibió, brindándome un pequeño cuarto mientras conseguía trabajo. Después de unos días me llevó a una casa muy linda de gente adinerada, donde tendría que trabajar. Los dueños de casa le entregaron un buen monto de dinero a mi tía quien se fue y me dejó sola".

Así comienza el relato una de las víctimas que después de dos años de servidumbre pudo escapar y relatar lo sucedido. "Allí empezó mi tortura: además de gritarme, tenía que hacer todo el oficio de la casa, trabajando de 5 a 18 horas diarias. Un día me enfermé y no pude trabajar. La dueña de la casa me golpeó y obligó a trabajar, además me gritó que no me podía rehusar a nada porque le había pagado mucho dinero a mi tía por mi".

Los nuevos esclavistas son, según un informe del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS), "lobos disfrazados de ovejas" que someten mediante el engaño.

Lo peor es que sin necesidad de salir del país las víctimas son sometidas a todo tipo de torturas sicológicas y físicas si no hacen lo que sus nuevos "amos" les ordenan, tal como lo confirma Yesenia.

La esclavitud, precisa un informe de la Organización Internacional de Migraciones (OIM), tiene en Colombia varias modalidades: trabajo forzoso, servidumbre por deudas, tráfico de migrantes, trata de personas, trata de niños, prostitución forzada, esclavitud sexual, turismo sexual, matrimonio forzoso y venta de esposas, novias por catálogo y servidumbre infantil.

"Me dí cuenta de que era una esclava y que mi tía me había vendido. Lloraba todo el tiempo y pensaba en cómo escaparme. Un día fuimos al mercado y aproveché la confusión de mucha gente para escaparme. Corrí hasta perderme de la vista de mi patrona. Llegué a una estación de Policía, conté lo sucedido, pero como no conocía la ciudad, no sabía la dirección de mi tía ni de mi patrona. La Policía me ayudó a retornar a mi casa", finaliza Yesenia.

El viaje más caro
Dice el documento de OIM que hasta ahora no se ha dimensionado la esclavitud de colombianos en su propio territorio. Pero, advierte, no significa que quede en un segundo plano el nivel "exagerado" de explotación de colombianos en el extranjero mediante las modalidades de trata de personas y tráfico de inmigrantes.

Los victimarios se valen de agencias fachadas de viaje, redes que ofrecen estudio en el extranjero, agencias de empleo, agencias matrimoniales y hasta empresas que ofrecen "novias por catálogo Pero, sin necesidad de acudir a ellas, en barrios de las distintas ciudades hay personas que se dedican a esclavizar personas, muchas de ellas niños que incluso son explotados por sus familiares.

"Ha habido caso de niños vendidos por sus propias mamás", recuerda un agente de Interpol quien en la actualidad trabaja con miembros del DAS en el desmantelamiento de estas redes y se reserva la identidad.

Colombia ocupa en América el tercer puesto en este delito después de Brasil y República Dominicana. "La trata de personas está muy ligada a la explotación sexual de mujeres. Los países a donde más se están enviando colombianas a prostituirse contra su voluntad son, en su orden, Venezuela, Ecuador, España y la mayoría de Asia", recuerda el agente de Interpol.

El Reporte de Trata de Personas de 2005, del Departamento de Estado de los Estados Unidos, indica que entre 45.000 y 50.000 mujeres, gran parte de las cuales pueden ser víctimas de trata, ejercen la prostitución fuera del país. Según el DANE, más de dos millones de niños trabajan y algunos de ellos son explotados en nuestro país.

Sobre la trata de personas las cifras son muy difusas porque, reconocen las autoridades, la gente teme denunciar. Quizás por la naturaleza misma del crimen sólo hay datos consolidados hasta 2004. "Entre 2002 y 2004 el total de víctimas fue de 211, mientras que el total de tratantes fue de 285", según las cifras del DAS. La gran mayoría de estos casos estuvieron relacionados con trata externa con fines de explotación sexual". Pero, bajo otra modalidad, la de tráfico de inmigrantes, cientos de colombianos trabajan encerrados y humillados en otros países.

Judith en Arabia
"Soy Judith y tengo 50 años. Vivo en Sincelejo, tengo tres hijos y un matrimonio hace 20 años. Soy enfermera y no había podido darle estudio universitario a mis dos hijos mayores", comienza el relato Judith quien vivió la esclavitud pero en el exterior.

"Un día llegó una empresa de empleos ofreciendo oportunidades laborales afuera. Cuando escuché esta oferta me acerqué y a los dos meses me habían conseguido trabajo en Arabia Saudita, tenía visa de trabajo por un año, pero yo debía pagar el pasaje y los papeles".

La mujer aceptó y hoy relata una pesadilla: "Como no tenía el dinero para los pasajes y los papeles, la misma empresa me ayudó a contactarme con un señor llamado Roberto, quien me realizó un préstamo bajo la hipoteca de mi casa. Con este trámite pude viajar".

Una mujer árabe llamada María le brindó hospedaje y alimentación que debía pagar cuando consiguiera trabajo. En Colombia, mientras tanto, presionaban para que su familia pagara la deuda de la hipoteca.

Dos meses después de viajar María le consiguió un empleo: "enfermera de un viejito de 85 años". Pero a cambio Judith tenía que darle a María el 80 por ciento de lo que le pagaban. "Adicionalmente mi patrón me maltrataba, no me daba descanso, no podía salir...".

María le comunicó después de seis meses que su visa de trabajo estaba vencida y quedaba indocumentada, pero que debía seguir trabajando porque no había pagado ni el 10 por ciento de lo que le debía.

"Me negué a seguir trabajando en esas condiciones". María avisó a las autoridades migratorias y la detuvieron. Estuve detenida por un tiempo por estar indocumentada, además me tocó pagar una multa por estar sin permiso de trabajo. Acabo de llegar a Colombia, con una deuda, mi casa hipotecada y afectada sicológicamente".

Judith ya fue atendida por la OIM pero cientos de colombianos no han podido romper sus cadenas aquí y afuera.

x