- Acciones eran planeadas con la fuerza pública. "Todo lo infiltramos", afirmó.
- También habló de la incidencia de las Auc en la política. "Yo era el estado".
- El ex jefe paramilitar reconoció autoría de masacre de El Aro.
Por
Carlos Salgado R.
Medellín
El ex jefe paramilitar Salvatore Mancuso reconoció más de 30 crímenes que ordenó, en los que participó directamente o en los que tuvo algún nivel de responsabilidad.
En todos los casos aseguró que contó con la colaboración de los organismos de inteligencia del Estado y de la fuerza pública.
La confesión la hizo durante la diligencia de versión libre ante un fiscal de la Unidad de Justicia y Paz, que comenzó ayer y se extenderá hasta mañana.
El jefe desmovilizado afirmó que planeó con un año de anticipación, en el despacho del general Alfonso Manosalva (q.e.p.d), entonces comandante de la Cuarta Brigada del Ejército, la masacre de El Aro.
En ese hecho, ocurrido el 25 de octubre de 1997 en ese corregimiento de Ituango (Antioquia), murieron 15 personas que fueron torturadas. Mancuso tiene una condena de 40 años de prisión por el crimen, que serían reducidos a ocho años por haberse acogido a la ley de Justicia y Paz.
De acuerdo con familiares de víctimas que presenciaron la diligencia realizada ayer, el jefe desmovilizado aseguró que por esa época se estaban presentando secuestros en la vía entre Medellín y Montería. Los plagiados, según él, eran llevados a ese corregimiento cercano a La Granja, donde en junio de ese mismo año los paramilitares asesinaron a 19 personas.
Según Mancuso, el general Manosalva habría entregado rutas, mapas, y documentos con planos de información del área que permitieron que Carlos Castaño organizara el operativo, dirigido por Carlos Mauricio García (a. Doblecero, ambos asesinados por sus ex compañeros de las Auc.
Mancuso dijo además que en la zona se desarrollaron combates de tal magnitud que tuvo que transportar municiones en un helicóptero. A esa operación Mancuso dijo que llevó 100 hombres.
"Con decirnos que perdonemos, que fue un acto de guerra, no nos van a devolver nuestros familiares ni nos van a quitar el dolor, las pérdidas materiales y la destrucción. Lo más probable es que todo va a quedar en la impunidad, como siempre", dijo la hija de una de las víctimas de la masacre.
Mapiripán y otros casos
Mancuso también dijo que contó con la colaboración de la Fuerza Aérea Colombiana, que facilitó dos aviones, para la masacre de Mapiripán (Meta), ocurrida en 1997 y donde murieron cerca de 50 personas.
El ex jefe paramilitar habló también de la incidencia de las Autodefensas en la política regional en el Norte del país, y su influencia en las elecciones presidenciales desde 1998.
Según el jefe desmovilizado, todas las instituciones del Estado fueron infiltradas por la organización.
Mancuso se comprometió con las Madres de La Candelaria a llevar y analizar con los demás jefes desmovilizados la lista de 164 víctimas que ellas le entregaron para conocer el paradero de sus seres queridos.
Confesión servirá a la reparación Para Ana Teresa Bernal, miembro de la Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación, la confesión de Salvatore Mancuso servirá no solo a la verdad judicial, sino a la verdad histórica, "para que estos hechos no se vuelvan a repetir".
Según Bernal, también servirá para que las víctimas puedan exigir la reparación, pues tendrán claridad sobre quiénes fueron los responsables de los crímenes. Dijo que debe investigarse la connivencia con la fuerza pública.