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Pacholo puso fin a la película de su vidaMedellín
Pacholo, el hombre del cine y de Bazarte, murió.
Su nombre era Francisco Espinal, aunque todos le decían Pacholo.
Fue un hombre apasionado por el arte y la cultura. En cuanto a ésta, no nos referimos solamente a que disfrutaba de aquél, sino de la cultura en su extensión.
Fundó la cinemateca El Subterráneo en el auditorio de Suramericana, en Otrabanda. Y cuando algunas entidades del sector, entre ellas el Museo de Arte Moderno y la misma compañía de seguros quiso darle la bienvenida a la cinemateca, creó con ellas Bazarte, un espacio para la creación artística. Y se siguió haciendo por años, hasta 1989, cuando -en tiempos de la guerra del narcotráfico- explotó una motocicleta bomba allí cerca.
Una de sus tres hijas, Manuela, cuenta que cuando él perdió la vista -en un accidente automovilístico- cambiaron algunos de sus hábitos: aumentó una de sus cualidades: la paciencia. Se sentaba en el balcón de la casa a escuchar el viento en los árboles y los pájaros.
Siguió asistiendo a cine y seguía la historia, no solo con ayuda de los diálogos, sino con la música: su velocidad le indicaba lo que sucedía en la pantalla y hasta los planos de la cámara.
Fue profesor de cine en la UPB y se dedicó a la cocina con deleite.
Pacholo murió de 62 años, con males renales que le provocaron un paro cardíaco. JS